La memoria, una capacidad a desarrollar y nuestro mejor álbum de recuerdos

La memoria, nuestro mejor álbum de recuerdos

Somos lo que vivimos, somos resultado de nuestras decisiones y experiencias en la vida, de lo que aprendemos. La memoria es la capacidad del cerebro para retener información y recuperarla, y es esa información la que nos hace poder ser nosotros, vivir en sociedad, desarrollarnos y evolucionar.

Nuestro cerebro es nuestro centro de operaciones, y nuestra memoria  la biblioteca interior, donde almacenamos los datos importantes así como los momentos importantes que hemos vivido; nuestros mejores recuerdos de la infancia, de la época adulta, incluso lo más reciente.

El cerebro tiene un funcionamiento muy complejo, es el órgano del que menos se sabe, y la memoria está en la misma situación. Se puede hacer una clasificación de la memoria en función de:

  1. El tiempo que permanece la información en nuestro sistema:

a) memoria a corto plazo (lo que comimos ayer, un recado que debemos hacer mañana…);

b) memoria a largo plazo (nuestro primer día de colegio, la onomástica de nuestro hijo, el número de la lotería que tocó hace dos años);

2. El órgano que hemos empleado para recabar la información:

a) memoria visual (utilizamos la visión para observar cómo teníamos ordenadas ciertas cosas)

b) memoria auditiva (reconocemos una voz familiar al oírla).

 

Nuestra capacidad de memorización depende de muchos factores, la situación personal tanto física como psíquica, la edad, el estrés que soportemos, e incluso la alimentación. Todos estos factores entre muchos otros influyen en que nuestra memoria funcione correctamente.

Por ejemplo, relativo a factores físicos, el embarazo es uno de los momentos durante los cuales nuestra memoria se ve resentida. Durante los meses de gestación muchas mujeres sufren la conocida amnesia del embarazo, pequeñas pérdidas de memoria a corto plazo. ¿A qué se debe esto? Puede deberse a cambios hormonales (altos niveles de prolactina, progesterona, y oxitocina, entre otras); estos cambios hormonales producen a su vez cambios en el cerebro que afectan sobre todo a la memoria espacial, es decir, aquella relacionada con dónde ponemos las cosas. También las nuevas prioridades de la futura mamá hacen que esté pendiente de nuevas situaciones como organizar la llegada a casa del bebé dejando de prestar atención a otras cosas provocando que sufra pequeños despistes.

Otro ejemplo, en este caso de factores mentales, es la etapa de estudiantes; este periodo es otro de los momentos donde más necesitamos de su buen uso y funcionamiento, aprovecharla al máximo, sobre todo cuando estamos en época de exámenes, ya seamos estudiantes de instituto, universitarios, u opositores… Estos periodos conllevan momentos de estrés, nerviosismo, necesidad de concentración y de usar al máximo nuestro cerebro. Por ello para todas aquellas personas que están en esta época de la vida, cuidar la memoria y también la concentración es clave.

Algunos de los consejos que os damos para potenciar memoria/concentración son las siguientes:

  • Crea una rutina de estudio; el fijarte las horas de estudio hace que te sea más fácil el comenzar.
  • Organiza tu espacio de estudio, intenta que todo esté en orden y sea fácil de encontrar. Un espacio despejado despeja también tu mente.
  • Haz descansos regularmente para asimilar lo estudiado y descansar la mente. Y si durante esos descansos nos ejercitamos un poco, mejor que mejor, pues hacemos que llegue más oxígeno a nuestro cerebro.
  • Usar reglas nemotécnicas para recordar palabras o frases largas y complicadas, asociándolas a colores, a canciones, recuerdos… se trata de memorizar unos datos asociándolos con información que nos es ya familiar
  • Usar la memoria visual o auditiva; las rimas y canciones son una forma fácil de memorizar información, ¿no recordáis cómo nuestros abuelos aprendían cantando en el colegio?
  • Llevar una alimentación adecuada ayuda al trabajo extra que está llevando a cabo nuestro cerebro. El fósforo, por ejemplo, es uno de los minerales que no deben faltar. ¿Sabías que contribuye al funcionamiento de las membranas celulares, a la neurotransmisión y al desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso? El hierro, que ayuda al rendimiento intelectual y la memoria. Junto con el fósforo y el hierro también trabajan las vitaminas y otros nutrientes optimizando el funcionamiento de nuestro cerebro y la capacidad de concentración. (Para estar seguros de asimilar todos ellos dentro de una alimentación sana, podemos combinarla con complementos alimenticios especialmente formulados para nutrir el cerebro)

Los exámenes no sólo ponen a prueba nuestra memoria, también otras habilidades de tu cerebro, si eres capaz de concentrarte, de atender y sintetizar lo aprendido.

Por último, vamos a incidir en la edad como factor que influye en la memoria, con el paso de los años perdemos agilidad mental, envejecimiento oxidativo de las células del cerebro, nuestro organismo va ralentizándose y también nuestra capacidad de memorización se va enlenteciendo, es normal tener despistes u olvidos.  No está de más prevenir, y fortalecer nuestra memoria con el paso de los años.

Nuestros consejos dirigidos a las personas mayores y no tan mayores son:

  • Trabajar la agilidad mental  mediante juegos y momentos entretenidos, ya sea en familia o de forma individual. Una buena forma son los pasatiempos, como los autodefinidos y los sudokus, que  ayudan a la concentración, la coordinación mental y la lógica; o los juegos de mesa y puzles, ¿quién no se ha divertido jugando en familia al ajedrez o al dominó?
  • La lectura ayuda a ejercitar la memoria, por lo que es bastante recomendable leer un ratito cada día.
  • Y también escribir, pues está comprobado que ayuda a retener mejor la información.
  • Otra manera de poner a trabajar los mecanismos de nuestra memoria consiste en charlar y contar nuestros recuerdos para mantenerlos vivos, a familiares y amigos.
  • Así mismo, apuntarse a actividades grupales, como teatro, coro, yoga… son esenciales para mantener la mente activa, distraernos de los problemas, hacer amistades y sentirnos mejor.
  • Y por último, comer bien,  la alimentación juega un papel importante en la tarea de reforzar la memoria, y nutrir nuestro cerebro ayudando a que funcione bien. Debemos incluir alimentos ricos en fósforo como indicábamos antes (cacao en polvo, yema de huevo, pescado azul, lácteos…);  en omega 3 (pescados como el salmón y la caballa, frutos secos como las nueces); potasio (aguacate, plátano…); magnesio (pipas de girasol, cereales integrales…), también hay otros minerales, como zinc, y vitaminas como la B12.
  • Y en el momento en que se incrementen estos olvidos acudir al médico y trabajar con expertos.

Todo ello para conseguir que nuestra memoria siga tan viva como el primer día y podamos disfrutar con ella de una vida plena.