Por estrés entendemos una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y provoca la aparición de enfermedades y anomalías que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano.
Algunos ejemplos son las alteraciones en el ánimo, nerviosismo, falta de concentración, ansiedad, insomnio, irritabilidad, cansancio, depresión; en las mujeres puede producir cambios hormonales importantes como hinchazón de mamas, dolores en abdominales inferiores entre otros síntomas.
Es una patología emergente en el área laboral, que tiene una especial incidencia en el sector servicios, siendo el riesgo mayor en las tareas en puestos jerárquicos que requieren mayor exigencia y dedicación.
El estrés crónico está relacionado con los trastornos de ansiedad, que es una reacción normal frente a diversas situaciones de la vida, pero cuando se presenta en forma excesiva o crónica constituye una enfermedad que puede alterar la vida de las personas, siendo aconsejable en este caso consultar a un especialista.
Cuando el estrés es demasiado intenso y prolongado se corre el riesgo de que las herramientas de que dispone nuestro organismo no sean suficientes para restablecer una situación de equilibrio y, por lo tanto, habrá que recurrir a una estrategia de recuperación que contemple descanso y tranquilidad.
La naturaleza nos ofrece unas plantas, llamadas adaptógenas, cuyas propiedades pueden representar una ayuda muy válida. La palabra adaptógeno ha sido acuñada a propósito para la acción que estas plantas desarrollan en el organismo, contribuyendo en el proceso de adaptación ante estimulaciones externas.
Entre las plantas adaptógenas más comunes encontramos el Ginseng (Panax ginseng). El Ginseng es un eficaz neutralizador del estrés, además de evitar el cansancio.
Existen numerosas variedades de ginseng con distintas propiedades, por lo que habrá que elegir bien. El coreano (también llamado asiático) es el considerado «verdadero» porque proviene de un género de plantas denominadas Panax. En CEREGUMIL GINSENG sólo usamos Ginseng Coreano con más de 6 años.
En definitiva, el ginseng puede resultar interesante como complemento de una dieta equilibrada para luchar contra el estrés, incrementar el rendimiento físico y mental, mejorar la capacidad de concentración y los reflejos, reforzar los nervios y mejorar el sueño.
Como precaución, el Ginseng no debe ser consumido por personas hipertensas o propensión a tensión arterial alta. Tampoco deberá consumirse por periodos prolongados ni sobrepasar las dosis indicadas por el fabricante. La consulta al farmacéutico siempre es aconsejable.